Hablando con su Bebé

Como lo dijimos al principio del capítulo anterior, el hombre tiene las hormonas masculinas en más cantidad, y esto le da más agresividad, más deseo de lucha y tiene efecto sobre sus órganos sexuales y sobre su función reproductora. De estas hormonas dependen también los caracteres sexuales secundarios: timbre de voz, distribución del pelo, estatura, espesor, suavidad o aspereza de la piel, como también desarrolla la musculatura, aumenta el tamaño y la resistencia de los huesos, eleva el metabolismo básico en media del 15%. Obra sobre los glóbulos rojos, aumentando de 500.000 a 1.000.000, y hasta más, de hematíes por mm3 de lo que en media tienen las mujeres. Su corazón es proporcionalmente más grande. Su aparato reproductor es, en conjunto, pequeño y casi todo externo, como que aumentado a su arquitectura general, apto para fecundar.

La mujer, a más del efecto de las hormonas femeninas sobre los caracteres sexuales primarios y sobre los secundarios, presenta en el aspecto anatómico, en todo su organismo, el resultado armónico de esta influencia, preparándola para su función en la naturaleza. Su crecimiento óseo antecede y termina antes que el del hombre de la misma edad, lo que le da huesos más delicados y menores, que tienen su resultado sobre los huesos de la pelvis, que podrán ser sometidos, durante la gravidez, a una nueva adaptación en cuanto a láforma. Tiene un aumento de proteína total de su organismo. Tiene mayor reserva energética almacenada en los depósitos de grasa. En la mujer, el aparato reproductor ocupa casi totalmente una de las cavidades del tronco, la cavidad pelviana y, lejos de ésta, tiene dos órganos, las mamas, muy importantes para la identificación del sexo y para alimentar a los hijos. En ella todo el organismo está dirigido hacia la maternidad. Cuando se le niega su ser maternal, puede llegar a la aberración y división interior.

Al contrario del hombre, su orgasmo sexual es indispensable parji la fecundación. Toda ella es la expresión de una actitud concepcional. Su organismo protege sus órganos reproductores, les da más sensibilidad y delicadeza.