Volverse Inmaculada

Si buscamos como modelo para purificarnos un concepto de estética, dé ciencia, de filosofía o de sociología, partiremos siempre de ideas relativas, irreales, y además frágiles.

Por tanto, para purificar el diamente que existe dentro del hombre, es necesaria la gracia vivida, cultivada y aumentada por el ejercicio cotidiano para que nazca, como consecuencia, el fruto puro. Donar esta gracia, depende de Dios. Pero depende de nosotros vivirla diariamente, en el presente; en relación con Dios, con el prójimo y con-el mundo creado.

En relación con Dios, será siempre en el ejercicio del amor, como dice el Evangelio. También en relación con el prójimo, Jesús dijo cómo y por qué debe ser. En relación con el mundo creado: infundir el Espíritu de Dios en el mund», sin materializarnos.

La verdad y la santidad ya están dentro del ser humano. Por la creación y por la acción de la gracia, bautismal, Dios llama, purifica, renueva y confirma al hombre para que sea su viva semejanza.

Es verdad que sólo puede ser vivo el que nace de otro ser vivo. No es necesario morir físicamente para volverse santo, porque ésta es la vida eterna: "Que te conozcan a ti, único y verdadero Dios, y a quien enviaste, Jesucristo" (Jn 17, 3).

Aquí en la tief ra se puede hacer la experiencia de Cristo, aun sin saber de memoria frases del Evangelio. El hombie, entonces, se convierte en una fuente de vida terrena y celestial, o humano-divina. Se convierte en constructor del hombre nuevo del que habla San Pablo.

Los padres se convierten en fuente de donde nace la vida, totalmente responsables por este nuevo nacimiento. Si son impuros, de ellos saldrá agua impura; si son puros, y Dios les da las facilidades para ello, de ellos saldrá agua pura.

María fue hecha inmaculada para engendrar al Hijo de Dios. Así, los padres deben ser puros paja engendrar hombres santos.

La familia ha sido llamada y colocada por Dios para desempeñar el papel de María. Por su estructura cristiana, la presencia del Creador le es iníundida y las dos fuerzas creadoras se integran. Aquí están los orígenes de la vida.

Las experiencias de regresión sicológica, los hogares bien o mal formados, el medio en donde nacen y crecen los niños, ayudan a encontrar la exacta visual de la maternidad. A través de la regresión sicológica se ve cómo en el inconsciente, en estado latente, todos los impases de la madre marcan al hijo.

Adán y Eva eran libres de elegir. María también era libre. La grandeza de María está en su "sí", y no en su pureza o en-su cualidad de inmaculada, pues éstas eran condiciones aauas por Dios. Hubo un momento especial en el que se le pidió un sí total, que ella renovó durante toda su vida.

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